Después de años de seguir la vida y trayectoria profesional de acuerdo con las normas sociales, decidí que ya había tenido suficiente de sentirme atrapado en un sistema que fomenta adicciones y prejuicios, donde la única forma de avanzar es unirme a una carrera de ratones sin sentido, quiéralo o no. Me di cuenta de que lo que realmente me faltaba era la alegría pura de estar vivo. El sentido básico de felicidad interior que no depende de cosas materiales.
De este deseo interior nació una acción y he decidido cambiar mi trayectoria profesional.
Después de completar mi primer año de Licenciatura en Psicología, fui a Marruecos y exploré las afueras del desierto del Sahara haciendo dedo sobre la ruta para encontrar transporte y alojándome en las casas de lugareños hospitalarios. Sin acceso a electricidad, agua corriente o las comodidades del mundo occidental, me di cuenta una vez más de lo dependiente que me había convertido.
Otra experiencia reveladora que me empujó por este camino fue mi viaje como mochilero a Indonesia. Una vez lejos del turismo de masas y sumergido en la cultura local, pude apreciar la profundidad de las conexiones humanas y el poder de la naturaleza. En el momento de mi viaje, la naturaleza también mostró su poder a través de un devastador terremoto, que cobró la vida de más de 500 personas; tuve la fortuna de no ser uno de ellos. Me impresionó aún más la colaboración de miembros de la comunidad local, personas a las que, después del terremoto, no tenían nada.
Después de años de seguir la vida y trayectoria profesional de acuerdo con las normas sociales, decidí que ya había tenido suficiente de sentirme atrapado en un sistema que fomenta adicciones y prejuicios, donde la única forma de avanzar es unirme a una carrera de ratones sin sentido, quiéralo o no. Me di cuenta de que lo que realmente me faltaba era la alegría pura de estar vivo. El sentido básico de felicidad interior que no depende de cosas materiales.
Fue allí donde comencé a preguntarme, ¿cuál es el país en desarrollo? A primera vista, parece que la respuesta es obvia: las expectativas europeas son muy diferentes en cuanto a infraestructura o la vida pública. Sin embargo, la forma en que las personas interactúan entre sí en los barrios marginales de Kenia y, en general, en el continente africano, realmente me impresionó, me obligó a reflexionar sobre lo que significa “una sociedad desarrollada”. Esta fue la experiencia culminante que me llevó a mantener mi camino.
Nuestra sociedad anhela signos físicos de estatus y los usa como evidencia de éxito. Pero eso es precisamente lo contrario de lo que quiero. Quiero darle a la gente algo gratis, sin que se sientan obligados a darme nada a cambio.
Mi vida me ha enseñado algo importante y, desafortunadamente, es algo que nuestra cultura occidental rara vez toma en consideración. El título del trabajo, la educación o la cantidad de dinero en una cuenta bancaria no importan. Lo único que importa en la vida es cómo te comportas con otras personas y el valor que aportas al mundo.
MI MISIÓN
Muchas personas no tienen acceso a ciertos servicios debido al lugar donde viven o su situación financiera.
Nuestra sociedad anhela signos físicos de estatus y los usa como evidencia de éxito. Pero eso es precisamente lo contrario de lo que quiero. Quiero darle a la gente algo gratis, sin que se sientan obligados a darme nada a cambio.
Mi plan es cambiar eso.
La premisa básica sobre la que pretendo construir mi proyecto es: todos juntos en lugar de unos contra otros.
No importa cuánto tiempo o con qué frecuencia uses mis servicios, ¡Siempre es gratis!
Nuestro viaje compartido, por largo o corto que sea, debería servir como una experiencia de aprendizaje y crecimiento para ambos. Mi objetivo es transmitir los conocimientos adquiridos y compartir lo que la vida me ha enseñado.
Mis servicios son siempre gratuitos y sin la expectativa de recibir nada a cambio.
Espero tener noticias tuyas y conocerte en persona.
Jens